Creo que la oportunidad de este viaje y todas las experiencias vividas te sacuden fuertemente moviéndote de la estructura cultural y de pensamiento al que estamos acostumbrados, tanto en el contexto individual como en el de persona corporativa.

En lo personal, fui con la idea de recibir una capacitación de primer mundo. El curso en sí estuvo muy interesante, los profesores muy preparados y algunos temas novedosos, sin embargo el aspecto académico no fue lo que más me sorprendió.

Todo el contexto de la experiencia de realizar este entrenamiento en Japón es lo que más me llenó y aportó a mi formación y conocimiento:

• Por un lado los compañeros del curso, la mayoría CEOs o importantes referentes de las empresas para las cuales trabajan, sus experiencias y desafíos puestos sobre la mesa, la variedad de problemáticas en países similares al nuestro, la forma como cada uno lo encara y su experiencia, los diferentes puntos de vista, las cuestiones culturales, legislativas y políticas de cada sociedad, así como los diferentes niveles de competencia que enriquecen cualquier conversación.
• El cruce cultural con los japoneses, una sociedad con un compromiso y conciencia social increíble;  en el que su gente se maneja y motiva por cuestiones trascendentes a la riqueza.  Un país que crea y produce tecnología para el consumo de todo el mundo pero en el que la gente promedio tiene aversión al consumismo per se.  Gente que sigue reglas y que por sobre todo antepone el respeto individual. Aquí la viveza es un estigma.
• La oportunidad de visitar a las empresas japonesas y de conocerlos en su entorno de trabajo.  Vivenciar sus fortalezas y debilidades.  Ver aplicados algunos conceptos discutidos en el curso y conocer los resultados en campo.  También fue muy constructivo intercambiar problemáticas occidentales y orientales, intercambiar puntos de vista así como conocer parte del proceso evolutivo de cada empresa, su historia y la forma de pensar de quienes implementaron cambios trascendentes, todo de la mano de funcionarios de varios niveles de cada empresa.

Finalmente conocer el Japón, su organización, su infraestructura, sus lugares históricos y turísticos, sus modismos, su comida. Todo cobra un valor especial, desde la casita con puerta de no más de metro y medio hasta sus imponentes castillos y rascacielos.  Les invito a conocer un país superpoblado en el que podrían cruzarse con decenas de miles de personas en unas pocas cuadras, al tiempo que les desafío a encontrar una persona que te atropelle, una persona engripada sin tapabocas o una basura en la calle, entre muchos otros descubrimientos llamativos.