Testimonio de Maria Silvia Cuevas
Me resulta muy difícil describir una experiencia tan satisfactoria en pocas palabras. Volví impresionada con la cultura ancestral que aun mantienen; tradiciones y valores.
Los nipones son gente respetuosa, pulcra, puntual, serena, contrastando totalmente con la cultura que conocemos.
Los paisajes que regala el país en todo momento son inolvidables, sumado a los lazos creados con los hermanos latinoamericanos (compañeros del curso), crean un ambiente único, lleno de oportunidades para crecer y aprender a cada instante.
Definitivamente volvería una y mil veces más, es una experiencia única e irrepetible.